viernes, 2 de junio de 2023

La abuela de Cervantes: Leonor Fernández de Torreblanca (actualizada)


Y por fin llegó el día tan esperado en que Begoña Pro vino a Urroz para contarnos el estado de sus investigaciones en torno a las raíces urroztarras de Miguel de Cervantes. 

La cosa es complicada como suele ser el intrincado paisaje de los árboles genealógicos de hace quinientos años pero con un poco de paciencia y la guía experta de Begoña Pro los asistentes a la sesión del pasado sábado pudimos entrever qué es lo que se sabe con seguridad de la cuestión y qué flecos quedan en el aire a la espera de nuevas investigaciones o documentos. 

Leonor Fernández de Torreblanca, la abuela de cervantes, tenía un apellido de Urroz-Villa. De eso no cabe duda. Por lo tanto podemos afirmar con seguridad que Miguel de Cervantes, el autor hispano más leído y mundialmente reconocido llevaba un apellido urroztarra. 

Los Torreblanca, familia nobiliaria asentada en Urroz, con palacio de cabo de armería (del cual se conserva una fachada monumental), pertenecientes al selecto grupo de linajes navarros que acompañaron durante siglos a sus reyes en el gobierno del reino de Navarra, comenzaron a establecerse en Andalucía a partir de la batalla de las Navas de Tolosa (1212). A partir de ese momento es fácil descubrir a varios destacados miembros de este linaje asentados en Córdoba y Jaén. Pedro de Torreblanca, por ejemplo, fue alcalde de Baena en el siglo XV. Otros miembros de la familia aparecen documentados como vecinos de Córdoba durante el siglo XVI. 

En una de aquellas familias nace la cordobesa Leonor Fernández de Torreblanca, hija del médico Juan Díaz de Torreblanca y nieta del comerciante Rodrigo Díaz de Torreblanca. A día de hoy no se ha encontrado o completado el árbol genealógico que vincule directamente a los descendientes de Urroz-Villa con los ascendientes de Cervantes. Se cruzan además en esta historia capítulos novelescos como la existencia de familias de judíos conversos que se acogían a la protección de la nobleza, las andanzas y amistades de Cristóbal Colón o hasta el rastro del mismísimo Principe de Viana. Seguiremos atentos a nuevas investigaciones. Mientras tanto cedemos un puesto de honor en nuestra Villa del Libro a la ilustre abuela del más ilustre de los escritores hispanos: Leonor Fernández de Torreblanca, la abuela de Cervantes. 

Begoña Pro Uriarte en un momento de su conferencia.





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ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS Y ALGUNAS PREGUNTAS EN RELACIÓN AL ORIGEN NAVARRO DEL APELLIDO DE LA ABUELA DE CERVANTES (Según las investigaciones realizadas por Begoña Pro Uriarte)

Fueron los Torreblanca de Urroz quienes llevaron y asentaron este apellido por tierras cordobesas.

Contagiados por el impulso de la Reconquista, marcada por la batalla de las Navas de Tolosa, algunos de sus miembros se pusieron más tarde bajo las órdenes de Fernando III el Santo y sus sucesores, participando en sus hechos de guerra y quedándose después a vivir en las tierras conquistadas. El principal noble navarro en asentarse allí fue Fernando Alfonso de Torreblanca quien está documentado que acudió junto con el ejército de Alonso Fernández de Córdoba en 1300 a socorrer Baena, tras el ataque del rey Mohamad II de Granada. El árbol genealógico Fernando de Torreblanca se puede seguir pues está conservado en uno de los libros de la nobleza de Córdoba. Familia muy extensa y prolífica, fueron muchos los Torreblanca que se prodigaron en los siguientes siglos por esta zona. Uno de estos núcleos familiares fue el de Leonor Fernández de Torreblanca, abuela paterna del ilustre escritor Miguel de Cervantes Saavedra. 

Es complejo rastrear la ascendencia de Leonor en una época marcada por los procesos contra los judío-conversos, las probanzas de hidalguía y en la que no se seguía una pauta lógica a la hora de elegir los apellidos y en la que los propios hermanos utilizaban distintas nomenclaturas. Aunque en esta última línea, hay que decir que los miembros de la familia Torreblanca siempre añadieron este apellido detrás del primero elegido, manteniéndolo en todas las generaciones. 

Estos son algunos de los datos que se conocen de esta familia y de la época en la que vivieron que hay que tener en cuenta: Se sabe que Leonor era hija de Juan Díaz de Torreblanca, un médico muy importante en el siglo XV en Córdoba, y de Isabel Fernández. Y que sus abuelos fueron María Alonso y Rodrigo Díaz de Torreblanca, pero no hay manera de conocer la procedencia de este Rodrigo. Algunos de los estudiosos más importantes de la figura de Miguel de Cervantes, como es el caso de Margarita Cabrera, han encontrado documentos en los que se dice que Mencía Fernández, hermana de Juan Díaz de Torreblanca era hija de condenado por la Inquisición y en los que ella misma aparece como condenada, por lo que Leonor habría pertenecido a una familia de judíos conversos. Sin embargo, esta misma autora revela que en los documentos incriminatorios aparece como hija de Juan Sánchez, segundo esposo de su madre, y no como hija de Rodrigo Díaz de Torreblanca; aunque matiza que esto podría explicarse porque bien podía haber adoptado Juan a los hijos del primer matrimonio de María Alonso. La familia de Leonor trabó gran amistad con Cristóbal Colón, quien se trasladó a Córdoba para tratar con los Reyes Católicos su proyectado viaje. Parece que Colón frecuentaba la botica del genovés Leonardo de Estraboya, donde aquel habría conocido a Juan Díaz. La amistad habría sido tan fuerte como para que el afamado médico pusiera el nombre de Cristóbal a uno de sus vástagos. En una época en la que los Reyes Católicos estaban a punto de expulsar a los judíos, fueron muchos los que realizaron una conversión forzosa para poder quedarse en Córdoba. Muchos de los nuevos conversos, tomaban el apellido cristiano de la familia que los apadrinaba y avalaba en su conversión. 

Con todos estos datos sobre la mesa y la dirección de los estudios sobre Miguel de Cervantes, tal vez lo más lógico sea concluir que la familia Torreblanca de Leonor nada tenga que ver con los Torreblanca de Urroz, pero a veces, en la historia, lo más inverosímil es lo que más se acerca a la realizad y hay algunas preguntas que nos deberíamos plantear. ¿Fue Mencía realmente hija de Rodrigo Díaz de Torreblanca? ¿O lo fue de Juan Sánchez? ¿Se habría arriesgado Cristóbal Colón a trabar amistad con unos judíos conversos cuando tanto había en juego para él? ¿Incluso habría llevado consigo como médico en el primer viaje que realizó, como dicen algunos historiadores, a Juan Sánchez, padrastro de Juan Díaz de Torreblanca, si este estaba ligado a una familia de conversos y había adoptado a sus hijastros? ¿Frecuentó Colón la botica de Leonardo de Estraboya porque este era un compatriota suyo genovés? ¿O a los que frecuentaría sería a los Torreblanca por ser, como dice Gabriel Verd Martorell, el propio Cristóbal Colón hijo del Príncipe de Viana y haber sido los Torreblanca navarros fieles a la causa del hijo de la reina Blanca y Urroz estar asentado en suelo de afección beaumontesa? ¿Perteneció Leonor Fernández de Torreblanca a una familia conversa apadrinada por los Torreblanca descendientes de Fernando Alfonso de Torreblanca procedentes de Urroz?

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