Ingrid Vindel, Iñaki Arbilla y Daniel Ferro |
Hoy, domingo 27 de agosto, ha concluido el II Curso de Verano de Urroz Villa del Libro con una última mesa redonda. En un ambiente ya más otoñal que veraniego, un selecto grupo de amigos de los libros se ha reunido en el piso alto de Casa Melchor para hacer balance del curso y un repaso general sobre el estado del mundo de la lectura y la escritura en Navarra. A lo largo de hora y media se han puesto sobre la mesa una gran cantidad de datos, reflexiones e ideas acerca de un tema inagotable.
Ingrid Vindel, presidenta de la joven asociación Cenáculo Literario, con experiencia editorial y docente, ha participado en el análisis a la situación del público lector y ha ofrecido los proyectos de su asociación como un ejemplo de iniciativas que se pueden llevar a cabo para fomentar la lectura y la cultura literaria en general.
Iñaki Arbilla, presidente de la Asociación Navarra de Escritores ha aprovechado su intervención para seleccionar algunas estadísticas sobre la situación lectora. Son datos que tienen sus luces y sus sombras. En Navarra se lee mucho, al menos más que en otras regiones, aunque existen algunas amenazas que no favorecen el buen desarrollo de la cultura literaria. La situación de los escritores y la proverbial dificultad para ganarse la vida con el oficio de la escritura es un problema a tener en cuenta.
Por su parte Daniel Ferro, novelista, ha expresado una desazón generalizada ante las tendencias digitales o audiovisuales que dificultan cada vez más la lectura atenta y reposada. Y también ha explicado de primera mano las vicisitudes por las que deben pasar los escritores cuando quieren que sus obras vean la luz.
A modo de conclusiones, enumeramos a continuación algunas ideas que parecen haber quedado bastante claras a lo largo de estos días del Curso:
1 - En Navarra hay muchos escritores, muchos poetas, muchos novelistas, pero se cuentan con los dedos de la mano aquellos que logran un éxito de ventas que les permita dedicarse de lleno al oficio de la escritura. De todas formas, independientemente del triunfo literario alcanzado, la vocación literaria es un elemento netamente enriquecedor de cualquier persona.
2 - En Navarra se escribe y se lee mucha historia y relatos basados en la historia, a veces cayendo en un inevitable historicismo, pero también con espíritu crítico y tratando de llevar a la literatura el rigor científico que la investigación que debe respaldar cualquier incursión literaria en la historia.
3 - Los clásicos siempre estarán ahí, gracias a los libros, al alcance de nuestra mano, para acompañarnos en una conversación permanente -y crítica- sobre las cosas humanas. Navarra también tiene sus clásicos y merece la pena descubrirlos. ¿Por qué no ponerlos en valor? ¿Por qué no instalar, por ejemplo, placas informativas, que señalen aquellos lugares vinculados a nuestros escritores más conocidos y reconocidos?
4 - El fomento de la lectura es un valor en sí mismo. Pero además hay que esforzarse en cultivar no cualquier lectura sino la lectura lenta, la lectura rumiante y meditativa, la lectura crítica. Los clubs de lectura y las instituciones docentes pueden ayudar mucho en ese sentido.
5 - Lectura y escritura van de la mano, como en la clásica correspondencia. Se lee para ver qué han escrito otros y se escribe para que otros nos lean. La educación de los jóvenes lectores es inseparable de la de los jóvenes escritores.
6 - La narrativa en Navarra goza de buena salud, y algunos subgéneros especialmente como es el caso de la novela negra. De esta forma la literatura escrita en Navarra -que no tiene por qué ser ambientada en Navarra- ofrece una alternativa de ocio mucho más sana y equilibrada que la que ofrece el mundo audiovisual. La lectura de un libro exige un esfuerzo mayor pero aporta también una mayor satisfacción y crecimiento personal a quien logra invertir en ella el tiempo adecuado.
7 - ¿Se logrará alguna vez una población mayoritariamente lectora de libros? Hoy por hoy no parece muy probable. Quienes leen, leen mucho y con afición. Quienes no leen, no leen casi nada, y lo hacen con desgana. Es posible que esta división haya de seguir permaneciendo a lo largo del tiempo. Lo que parece claro es que la existencia de una parte significativa de población lectora al final, de una u otra forma, acaba beneficiando también a la población no lectora.
8 - El asociacionismo en general, y el de los escritores en particular a través de la Asociación Navarra de Escritores o de otras iniciativas como tertulias, foros, cursos de verano, etc. ha de traer seguramente logros y ventajas en el futuro. Ya ha traído algunas como por ejemplo la creación del Premio Navarro Villoslada que desde el presente año seleccionará obras de autores navarros tanto en castellano como en euskera.
9 - La labor de los maestros, colegios, departamentos de literatura de colegios y universidades, bibliotecas, es fundamental para que el número de lectores aumente. Todos los agentes que intervienen en la cultura literaria deben coordinarse mejor: escritores, editoriales, bibliotecas, librerías, asociaciones, etc. Es importante por ejemplo fomentar un tiempo para lectura, es paradójico que las bibliotecas y sus salas de lectura, que se hicieron para ello, no sean visitadas por lectores sino más bien por estudiantes o por personas que han de hacer alguna lectura "obligatoria".
10 - El papel de los padres y las familias está en cualquier caso en la base de la formación de las nuevas generaciones de lectores. Los niños, como siempre, copiarán a los adultos. Y si nos ven disfrutar con un libro entre las manos se darán cuenta, y entonces también ellos leerán, y escribirán, y serán personas más cultas y más libres. Merece la pena.
Gracias, en fin, muchas gracias a todos los que habéis hecho posible este segundo Curso de Verano. Ha sido un placer. ¡Empezamos a preparar el tercero! Mientras tanto, vengan por Urroz, compren libros... y lean. ¡Felices lecturas!
Javier Garisoain Otero
Director del Curso de Verano de Urroz Villa del Libro
Daniel Ferro y Saioa Moreno, secretaria del Curso |