Este fin de semana hemos sido testigos en Urroz Villa del Libro de un par de presentaciones de las que merecen la pena.
El viernes, 30 de junio, terminamos el mes con una presentación-concierto a cargo del dúo Omitsu-Leroy que nos deleitaron no solo con las narraciones y anécdotas de una larga experiencia viajera recogida en el libro "Aquel viento desnudo" sino también con música en directo.
Vean a continuación varios momentos de la velada:
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Y al día siguiente, sábado 1 de julio, entramos en el tiempo sanferminero que inunda a toda Navarra en estas fechas, con la presentación de la edición de "Historia de San Fermín", traducida por Esther Herrera. Una charla de nivel sobre el lado más desconocido del santo más nombrado.
Publicamos aquí, por su interés, este breve artículo de Esther Herrera:
San Fermín: Una devoción de ida y vuelta
Por Esther Herrera Alzu
Sabemos mucho sobre las fiestas de San Fermín, pero quizás no tanto sobre el santo que les dio su nombre ni sobre el origen de su culto y devoción. A esto ha contribuido, en los últimos años, la desacralización generalizada en la sociedad y la conversión de la figura del santo en un mero acompañante de los festejos, en la práctica.
Para paliar este posible desconocimiento, la Asociación Pompaelo ha publicado, en este año 2023, la primera parte de la traducción del libro Historia de San Fermín. Su autor, el periodista francés y ganadero Charles Salmon, quiso recopilar todo lo que se sabía sobre el santo y su devoción en la Amiens de mediados del XIX y lo plasmó en un volumen que se editó en el año 1861.
Como mejor se entiende la vida de San Fermín es cuando se pone en su contexto. Hoy en día, los historiadores saben que las primeras comunidades cristianas en la Galia Bélgica no son anteriores al final del siglo III o comienzos del IV, es decir, la época del emperador Diocleciano. Según la tradición de Amiens, San Fermín habría nacido en Pompaelo hacia el 275 y habría sido martirizado en el 303 o 305.
En esos primeros tiempos de la Iglesia, hubo una serie de misioneros desconocidos y humildes (comerciantes, funcionarios, soldados, esclavos) que se encargaron de predicar el Evangelio, aunque no haya quedado huella documental para la posteridad. Parece que el caso de San Fermín fue de este tipo, aunque, en su caso, era hijo de senador y ya había sido nombrado obispo cuando comenzó su viaje misionero por las Galias.
A través de la vida de San Fermín encontramos la historia de la construcción de la Cristiandad europea: obispos misioneros en regiones paganas; primeros mártires; búsqueda de reliquias que otorgaban poder y prestigio; construcción de catedrales; desarrollo de la liturgia; vidas de santos que se copiaban en los monasterios… Todos estos temas aportan el escenario de la vida del santo.
Tras el martirio hacia el año 303 (siglo IV), San Fermín fue enterrado por un senador de Amiens a las afueras de la ciudad, en un terreno de su propiedad. Con los años, se construyó allí una pequeña capilla con una cripta; después se instaló una comunidad de agustinos que construyó una abadía; fue colegio de jesuitas y, hoy en día, hay un centro escolar y una parroquia. Todavía hoy se puede visitar una cripta con unos sarcófagos de piedra y unos relieves del siglo XVI en los que se cuenta el descubrimiento de las reliquias del santo.
Los manuscritos de Amiens hablan del hallazgo de sus reliquias en el año 615 (siglo VII), bajo el obispado de San Salvio. Este episodio se encuentra esculpido en un bajorrelieve del interior de la catedral. Por otro lado, según el profesor José L. Molins1, el testimonio más antiguo documentado sobre San Fermín se encuentra en dos monedas acuñadas durante el reinado de Carlomagno (finales del siglo VIII) y conservadas en la Biblioteca Nacional de Francia. El culto a San Fermín mártir se conoce en Francia desde el siglo IX, en unas letanías del rey Carlos el Calvo, y ya se le veneraba entonces como primer obispo en la diócesis de Amiens.
Fue a partir del siglo XII cuando el culto consiguió gran popularidad tanto en Amiens como en Pamplona, relacionado probablemente con la importancia que tenía para una sede episcopal el disponer de reliquias de un mártir y el deseo del pueblo de poder admirarlas. Así fue como, en el año 1186, el obispo de Pamplona, Pedro de París, obtuvo de su homólogo en Amiens, Teobaldo de Heilly, una reliquia que trajo a Pamplona y que fue el origen de la devoción en esta ciudad.
El obispo don Pedro estableció que la fiesta litúrgica se celebrara el 10 de octubre, como se hacía en Amiens, ya que esta era la fecha en la que, según su tradición, San Fermín había entrado en esa ciudad. La razón de mantener esta fiesta en Pamplona pudo estar relacionada con los nuevos pobladores de origen francés que se instalaron en la ciudad y a quienes se mantuvo el derecho de continuar con sus usos y tradiciones. Estas nuevas gentes fueron quienes construyeron el templo gótico bajo la advocación de San Saturnino y una capilla del mismo estilo en la iglesia de San Lorenzo. Y así fue como se mantuvo la fiesta del 10 de octubre durante toda la Edad Media.
En el año 1590, siendo obispo don Bernardo de Rojas y Sandoval, el ayuntamiento le pidió que accediera a cambiar la fecha de celebración de la fiesta litúrgica de San Fermín, por causa del mal tiempo y otras razones de orden práctico. Tras el sínodo celebrado ese año y, por decreto del obispo, se cambió la fiesta al 7 de julio y se ordenó que “no se celebrara más en el mes de octubre”.
De esta manera, se hizo coincidir la fiesta del santo con las ferias de ganado y comerciales, exentas de impuestos por concesión del rey Carlos II el Malo (año 1381), que tenían lugar en Pamplona desde la víspera de San Juan hasta el 18 de Julio. También eran los días más adecuados para incluir festejos taurinos que tanto gustaban a los pamploneses y que se celebraban por la festividad de Santiago. Así fue como se formaron los sanfermines que conocemos hoy en día: fiesta religiosa, ferias comerciales y espectáculos taurinos.
Hoy es el día en que el 10 de octubre ya no se celebra tampoco en Amiens, pues la fiesta fue suprimida en el año 1746. Sin embargo, ambas tradiciones mantienen otras dos fiestas comunes:
- La del descubrimiento y traslado de las reliquias en el mes de enero. Hoy en día se celebra en Pamplona, en la Capilla de San Fermín, el segundo domingo después de la Epifanía. En Amiens, se celebra en la catedral el 14 de enero.
- La del martirio del santo el 25 de septiembre, la fiesta conocida como “San Fermín Chiquito”, que se festeja en el Casco Viejo de Pamplona. En Amiens, es un día familiar que se celebra en la catedral, de manera más sobria que en Pamplona, para recordar el martirio de su primer obispo y patrón de su diócesis.
¿Qué se puede visitar hoy en día en Amiens y alrededores?:
- Catedral: Portada, bajorrelieves, Tesoro con las reliquias.
- Antigua cripta a las afueras de Amiens.
- Iglesias rurales en Normandía, Picardía y Calais.
Esther Herrera Alzu
Traductora
Historia de San Fermín
Ed. Pompaelo, 2023
1 MOLINS MUGUETA, José L.: La capilla de San Fermín en la pamplonesa iglesia parroquial de San Lorenzo, Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro (Univ. de Navarra), Pamplona, 2020, p. 20.
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